domingo, 28 de diciembre de 2008



La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. [2] Más de 40 millones de bajas como resultado, incluyendo aproximadamente 20 millones de muertes civiles y militares.[3] Más de 60 millones de soldados europeos fueron movilizados desde 1914 hasta 1918.[4] [5] Originado en Europa por la rivalidad entre las potencias imperialistas, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue en su momento el conflicto más sangriento de la historia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras.
A finales del siglo XIX, Inglaterra dominaba el mundo tecnológico, financiero, económico y sobre todo político. Alemania y Estados Unidos le disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX se produjo la repartición de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y Asia Meridional, así como el gradual aumento de la presencia europea en China, Estado en franca decadencia.
Estados Unidos y, en menor medida, el Imperio Ruso controlaban eficientemente sus vastos territorios, unidos por largas líneas férreas (ferrocarril Atlántico-Pacífico y Transiberiano, respectivamente). Inglaterra y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la Entente cordiale. Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas islas del Pacífico (Islas Salomón) y enclaves comerciales en China, empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al Reich, que sólo podía contar con la alianza incondicional de Austria-Hungría.
Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Las generaciones francesas de finales del siglo XIX, sobre todo el Ejército, crecieron con la idea de vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés, en comparación con el 30% de 1870.
Mientras tanto, los países de los Balcanes liberados del Imperio Otomano (el «enfermo de Europa») fueron objeto de rivalidad entre las grandes potencias. Turquía, que se hundía lentamente, no poseía en Europa —hacia 1914— más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania) buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1910 y 1913, conocidos como Guerras Balcánicas.
Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los Estrechos. El Imperio Austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a los pueblos eslavos. El Imperio Ruso, que estaba ligado histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa —ya les había brindado su apoyo en el pasado— contaba con ellos como aliados naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes». Evidentemente, estas políticas opuestas entre una potencia católica y otra ortodoxa provocaron enfrentamientos.
Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882:
de una parte, Francia, el Imperio Británico y el Imperio ruso (Triple Entente) y
el Imperio alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia (Triple Alianza).
A este período se le conoce como Paz armada, ya que Europa estaba destinando cuantiosas cantidades de capital al armamento y, sin embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.
La guerra comenzó como un enfrentamiento entre Austria-Hungría y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los países eslavos y deseaba socavar la posición de Austria-Hungría en los Balcanes. Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra, obligada por un pacto secreto contraído con la monarquía de los Habsburgo, y Francia se movilizó para apoyar a su aliada. Las hostilidades involucraron a 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos (desde 1917), Portugal, Japón, así como Italia, que había abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los imperios Austrohúngaro, Alemán y Otomano-Turco, acompañados por Bulgaria.
Contenido[ocultar]
1 Detonante del conflicto
2 Guerra de movimientos
2.1 Frente oriental
3 Guerra de trincheras
4 Otros frentes
5 1917: el viraje de la guerra
6 Fin de la guerra
7 Participación de Japón
8 Tratados de paz
9 Consecuencias
10 Notas y referencias
11 Bibliografía
12 Véase también
13 Enlaces externos
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Detonante del conflicto [editar]

Alianzas militares europeas en 1914.
Véase también: Atentado de Sarajevo
El evento detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Francisco José, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip.
El Imperio Austro-húngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, investigar en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 28 de julio a Serbia, que no aceptó todas las condiciones impuestas. El ataque austrohúngaro activó las disposiciones previstas por el sistema de alianzas.
También los historiadores insisten en que hubo otras causas, como las alianzas entre países (Triple Entente y Triple Alianza), que un conflicto local podía tomar dimensiones internacionales. Además entre 1890 y 1914 los países incrementaron el presupuesto militar en la carrera armamentística conocida como Paz Armada.[6]

Guerra de movimientos [editar]
Artículo principal: Frente occidental (Primera Guerra Mundial)

El Kaiser, propaganda militar humorística francesa.
El 30 de julio Rusia inició una movilización general de sus tropas, frente al Imperio Austrohúngaro para ayudar a los serbios. El Imperio alemán a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto en cumplimiento de su alianza con el Imperio Austrohúngaro. Ese mismo día Francia inicia su movilización general para apoyar a su aliado Rusia. El 3 de agosto Alemania declara la guerra a Francia. El 4 de agosto, siguiendo el Plan Schlieffen, el ejército alemán inicia la invasión de Francia violando el territorio belga (neutral), lo que entrañó la declaración de guerra al Imperio alemán por parte del Imperio Británico, que era garante de la soberanía belga. El sistema de alianzas generalizó posteriormente el conflicto, es decir, que un hecho aislado desencadenó la ruptura del equilibrio que se había mantenido por años a partir del sistema de alianzas militares defensivas.
Entre los países europeos sólo España, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Suecia (e Italia provisionalmente) permanecían neutrales. Los dos campos estaban bastante equilibrados: las Potencias Centrales y los Aliados poseían un número semejante de soldados. Los alemanes tenían la ventaja de su superior artillería pesada y excelente adiestramiento de sus tropas —la tradicional eficiencia militar prusiana—, pero eso se compensaba por la supremacía de los británicos en el mar y la mayor extensión de las colonias de la Entente. Otra ventaja de las potencias centrales era que conformaban un bloque territorial compacto, mientras Rusia estaba aislada de sus aliados y era muy deficiente en industria pesada y producción de armamentos.

Alianzas militares europeas en 1915.Verde: Triple Entente (aliados)Rojo: Triple Alianza (Potencias Centrales).
En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que habían estudiado las guerras napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial del enfrentamiento, basado en el uso masivo de la infantería. Respondiendo a la enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y artillería pesada) producto de la Revolución Industrial, las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería inútil como medio para romper el frente.
Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas enemigas y empujarlas hacia el Jura y Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal en Alsacia-Lorena.
El comienzo del plan trascurrió perfectamente para el Reich; sus tropas derrotaron al ejército francés en la batalla de Charleroi (21 de agosto) y en Maubegné. Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó una catástrofe debido a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto y a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Por el contrario, los alemanes invadieron Bélgica, provocando la intervención inglesa; semanas después estaban ya ubicados en el río Marne, donde chocaron con el Cuerpo Británico de Haig, compuesto por 5 divisiones experimentadas y las tropas de reserva francesas en la Primera Batalla del Marne. Los taxis de París ayudaron a trasladar a los efectivos ingleses al frente. La derrota germana frustró el plan original y acabó con las expectativas de una conflagración breve, marcando el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra. En ese momento comenzó la «carrera hacia el mar»: los dos Ejércitos marcharon hacia el Mar del Norte; ataques y contra-ataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría en territorio francés: Flandes. Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor número (British Expeditionary Force, BEF), junto a los restos del ejército belga.
Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado, lo cual lograría después con ayuda alemana, en agosto del 1915. Rusia invadió Prusia Oriental, pero los generales de estado mayor prusianos Hindenburg y Ludendorff los batirán contundentemente en Tannenberg.

Frente oriental [editar]
Artículo principal: Frente Oriental (Primera Guerra Mundial)

Soldados rusos esperando un ataque alemán en una línea de trincheras.
La estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. Los ejércitos rusos eran enormes (8 millones de hombres en 1914). Pero la verdad era nefasta: el ejército zarista estaba compuesto principalmente por campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados; en suma, no estaba preparado para enfrentarse a los disciplinados germanos. El mando ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la Batalla de Tannenberg (Prusia Oriental) del 26 al 30 de agosto de 1914, y después en la batalla de los lagos Masurianos del 6 al 15 de septiembre de 1914. Los rusos sufrieron flagrantes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse. Allí nació la leyenda del dúo formado por Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff, los comandantes germanos en esta exitosa campaña defensiva. Polonia es invadida.
Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión de Galitzia. En 1914 termina con el ejército ruso aún en pie, a pesar de haber sido rechazado de Prusia Oriental.
En el curso de 1915, dos nuevos países entraron en la guerra: Italia al lado de los Aliados y Bulgaria al lado de las potencias centrales, que con este apoyo derrotan y ocupan a Serbia. En los años siguientes, los alemanes avanzaron sobre Rusia y conquistaron el Golfo de Riga, destruyendo o tomando prisionero a buena parte de los contingentes rusos (Alexéi Alexéievich Brusílov). El frente oriental estuvo en constante movimiento, no conoció el drama de las trincheras. La caballería jugó aún cierto papel en esta guerra de movimientos.

Guerra de trincheras [editar]
Artículo principal: Guerra de trincheras
El equilibrio de fuerzas y las formidables armas facilitaron enormemente la defensa frente al ataque e impusieron la estabilización del frente. Los soldados colocaron decenas de kilómetros de alambradas y minas entre el Mar del Norte y Suiza. Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques aliados fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos frentes. Las condiciones sanitarias y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas. Los contendientes tuvieron que recurrir a la leva en masa; en este aspecto Alemania tenía la ventaja de su población numéricamente superior a la de Francia.
Los dos bandos tenían grandiosos planes en caso de conseguir la victoria. La diplomacia fue muy activa también: ambos bandos sedujeron a Italia, que al fin se inclinó por la Entente. Los militares germanos esperaban que Bethmann-Hollweg consiguiese la paz con Rusia para poner todo el esfuerzo en el Oeste, pero esto fue imposible: los Aliados reafirmaron su compromiso de no negociar ninguna paz por separado.
En otoño de 1915 Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés, que concluyó en un gigantesco fracaso. Después de este éxito defensivo, a finales de año, el archiduque Falkenhayn, Jefe de Estado Mayor, propuso su proyecto al Kaiser: atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la propaganda francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino o vía férrea para su reavituallamiento. Él esperaba que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses. La idea era liquidar un gran número de tropas enemigas a un costo «módico» en vidas germanas. El 21 de febrero de 1916, el ataque se inició con la artillería bombardeando salvajemente las posiciones aliadas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron enormes. El 25 de febrero, el General Langle de Cary decidió abandonar, lo más razonable desde un punto de vista estratégico. Pero el mando francés pensaba que no podrían permitirse perder Verdún y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos contraataques. Los alemanes transformaron esta batalla de frente reducido en una vasta carnicería.
El 1 de julio, los ingleses desataron una gran lucha paralela en la Batalla del Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el frente casi no se modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares de miles de bajas. La guerra era total y los cálculos no se detenían frente al desangre que eso implicaba.

Otros frentes [editar]

Francesas trabajando en una fábrica de municiones.
Los demás frentes intentaron maniobras de distracción o contorneamiento, pero ninguno tuvo tanta importancia como los dos frentes principales. Se combatía en el Cáucaso entre rusos y turcos, en Irak (ingleses y turcos) y en los Balcanes.
Los Aliados contaban con la debilidad de Turquía para abrir una vía directa y apoyar a sus aliados rusos en problemas. La campaña de los Dardanelos fue desatada por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para controlar el estrecho de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al Imperio Británico revitalizar a Rusia, neutralizar Turquía y encerrar a los imperios centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el despliegue de una imponente flota inglesa y el desembarco de tropas en Gallípoli, pero los turcos se defendieron con una decisión inesperada. Los aliados no consiguieron penetrar por sorpresa en el Imperio Otomano y fracasaron en las sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés decidió evacuar Gallípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia. Este ejército sostendría enseguida a los serbios que no se rindieron. Ante todo, se mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia de entrar en la guerra.
Los alemanes, que contaban con una importante flota de submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo al Reino Unido y Francia, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense) y Europa. A mediados de 1916 la Royal Navy Británica se encontró con la flota alemana en la península de Jutlandia, el único combate entre las dos grandes flotas. Los alemanes tenían como objetivo impedir el abastecimiento británico desde Noruega. La batalla comenzó el 31 de mayo y duró 80 minutos. No hubo un total ganador, ya que la Royal Navy perdió más hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper el bloqueo y tuvieron más buques dañados.
Durante todo el conflicto, los británicos fomentaron el sublevamiento de las tribus árabes para perturbar a los turcos otomanos. En esta misión destacó el célebre oficial T. E. Lawrence, Lawrence de Arabia. La Declaración Balfour propuso el establecimiento de un Estado judío en Palestina, para motivar a los judíos estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en la guerra. En 1916 los británicos atacaron Palestina, donde mantuvieron el control hasta 1947.
En África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las colonias alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y Camerún se rindieron rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por el ejército sudafricano y ocupada totalmente en 1915 (véase: Campaña de África del Sudoeste). Sólo la colonia de Tanganica, bajo la dirección del general Paul von Lettow-Vorbeck, resistió bajo dominio alemán hasta el final de la contienda.
Mientras tanto, en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas de importancia. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocuparon sin problemas la Nueva Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda dirigieron ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, fue ocupado por los japoneses.
En 1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una larga serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa. En 1917, son los austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, los que baten duramente a los italianos en Caporetto. Este desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se estabiliza sobre el río Piave.
En junio de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa a cargo del General Brussilov, que se interna en las líneas austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a las filas rusas, demostrando la fragilidad del Imperio Danubiano. Motivada por esta circunstancia, Rumania declara la guerra a los Imperios Centrales, pero es fácilmente derrotada y ocupada por los alemanes, lo que compromete aún más la posición rusa. El Imperio de los Romanov no volvería a ejecutar ninguna ofensiva de relevancia en el resto de la contienda.
Como vemos, son las Potencias Centrales las que van sumando más tantos hacia 1916. El Vaticano y Suiza intentan infructuosamente sondeos por la paz. La opinión pública estadounidense se opone a participar en el conflicto, visto como cosa de los europeos imperialistas

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